Primera experiencia con el movimiento

La primera clase de herramientas corporales me devolvió una conexión con el cuerpo que hacía mucho tiempo que no sentía.

Durante los primeros ejercicios de calentamiento y de coordinación fui ganando comodidad para lograr de a poco que los movimientos vayan siendo mas fluidos, confiando en la intuición del cuerpo y no hacerlo de forma tan mental. Quizás era necesario un principio mental para entender la sucesión de pasos pero una vez que estaban internalizados, darle libertad a la cabeza para que aparezca la intuición del cuerpo. También me pareció muy interesante hacer los pasos del corazón y cupido de forma enfrentada con otro compañero para conectar visualmente y ponerle una intención mas clara a cada movimiento.

Por otro lado, sentí que el grupo llego a un estado de armonía donde los movimientos eran en conjunto y podía sentirme como parte de un todo mas grande que mi propio cuerpo.

Todos estos ejercicios nos fueron preparando para poner en lenguaje de señas un poema. El compromiso y dedicación que cada integrante del grupo dedico a la búsqueda de unas señas que trasmitan el poema me pareció muy emocionante. Era un momento de búsqueda muy personal, pero sin perder la noción del espacio y compartiendo este momento con todos los compañeros. Fue un trabajo individual y un momento en conjunto.

Por último, a este lenguaje de señas le dimos movimiento en el espacio. Era hermoso sentir que la inspiración de estos movimientos había salido de un poema, y que cada uno lo estaba interpretando desde sus vivencias y desde su interpretación de cada una de las palabras. Por momentos, lograba entrar en un estado de paz dónde simplemente me dejaba llevar por lo que mi cuerpo quería hacer en cada momento, tratando de dejar de lado la razón. A medida que cada compañero pasaba a mostrar lo que había estado investigando, sentía que podía ver un poco el interior/lo mas puro de cada compañero. Todos se comprometieron y se entregaron al trabajo desde un lado muy sincero. Respetando la diversidad de cuerpos y movimientos, expresando lo que cada cuerpo necesitaba en ese momento. También me parecía mágico el estado de comunicación con mi interior al momento de mostrar “el resultado” de la investigación. Cerrar los ojos y simplemente sentir, dejarse llevar por lo que el cuerpo ya había aprendido. Sacar del momento de creación los juicios, él está bien o está mal, sino que lo importante sea que tan sincero estas siendo con tu cuerpo, con esas ganas de expresarse. También fue gratificante que a medida que me movía y me dejaba llevar por el ritmo de mi cuerpo había emociones que se destrababan. Se sentía un alivio en el pecho que permitía un mejor flujo de la energía.